Don Quijote de la Mancha
Técnica y estilo
Atendiendo
sólo a aspectos generales y muy someramente, cabe señalar los siguientes
recursos estilísticos:
La parodia
(imitación, generalmente burlesca, de una obra, género, autor,...
exagerando o ridiculizando sus rasgos más característicos) está presente, de
forma constante, en todo el libro. La misma concepción de la novela y, por
tanto, la estructuración de la mayoría de las aventuras es, como se ha dicho,
una parodia de los libros de caballerías. Pero ésta se manifiesta también
continuamente en recursos técnicos y estilísticos más concretos: en el recurso
del apócrifo, en el lenguaje altisonante y arcaizante, en el uso y abuso de la
hipérbole, etc.
La ironía
, resultado en muchos casos de la parodia, es el recurso tal vez más
utilizado en El Quijote ; tan es así, que apenas hay frase que no lleve
un doble sentido. La vemos ya en el encabezamiento de los capítulos con sus
títulos hiperbólicos, en el desajuste constante entre actitudes y situaciones,
en muchísimas expresiones de don Quijote y Sancho, etc.
Tanto la
parodia como la ironía son ríos que desembocan en el inagotable humor del
Quijote. Pero el humorismo sobrepasa dichos recursos: lo encontramos también en
los graciosísimos diálogos entre Sancho y don Quijote, en la creación de
nombres propios, en la invención de expresiones (como "escuderil
vápulo", "académico argamasillesco", médico insulano",
"gobernadoresco",...) en los trastrueques idiomáticos en la boca de
Sancho, en los juegos de palabras, etc. Aunque la verdad es que parodia, ironía
y humor se aúnan en una misma realidad literaria y no siempre admiten
diferenciaciones claras.
Cabe
resaltar también como otra consecución técnico estilística del Quijote la perfección
del diálogo . Es, en primer lugar, el medio por el que los personajes,
sobre todo don Quijote y Sancho, descubren sus intimidades en un proceso
dialéctico que los define como seres independientes y vivos, a la vez que los
conforma progresivamente. Pero, además, es un elemento estructural de primera
magnitud que dinamiza la novela: las aventuras perderían gran parte de su valor
sin los diálogos precedentes y subsiguientes.
Excepcional
recurso del Quijote es su perspectivismo . Se entiende por tal el hecho
de que la variedad de perspectivas que confluyen sobre una realidad son las que
se definen. En la novela, el juego de perspectivas es muy complicado. Por una
parte, está la combinación de los tres "autores": el narrador
cristiano (que no es el Cervantes real), el traductor aljamiado y el
historiador moro (Cide Hamete). El entrecruzamiento de las perspectivas de
los tres enriquece la visión de lo narrado. Por otra, está la multitud de
visiones vertidas por los personajes, con lo que se consigue ir definiendo una
realidad indeterminada y huidiza. En este aspecto, si es de destacar el
continuo y primer diálogo entre don Quijote y Sancho, no se puede olvidar el
enriquecedor cúmulo de visiones de todos y cada uno de los personajes de la
novela. Este perspectivismo es el que permite a Cervantes definir la verdad
"cervantina", es decir, la ver dad "vital" o
"existencial".
Uno de los
hechos que más llama la atención durante la lectura de El Quijote es el
grado de realismo y de vida independiente que
Cervantes consigue plasmar en sus personajes, muy en especial en don Quijote y
Sancho. En efecto, en la conciencia del lector de la obra y en la conciencia de
la colectividad, se ha ido conformando una sensación de personajes reales,
escapados de la novela. Los saberes y secretos técnicos con los que Cervantes
ha conseguido esto son numerosos y, en muchos casos, sutiles. Baste aquí para
indicar algunos de los más patentes:
- Las vacilaciones o equivocaciones, atribuidas en ocasiones a descuido, dan un gran sentido de realidad : la variedad de nombres de don Quijote y la mujer de Sancho; el desconocimiento del lugar de nacimiento y ascendencia de don Quijote; las malas cuentas que hace del niño azotado, etc. En algunos casos la razón de ello está en la falta de documentos históricos (luego la historia no es una invención sino una realidad documentada); en otros, parece que la causa es que don Quijote, caballero de altos pensamientos, no puede entretenerse en bagatelas o cosas pragmáticas (realismo vital o existencial). El realismo nacido de la referencia a los documentos queda reforzado, además, por los frecuentes entredichos que el narrador" pone al historiador y al traductor.
- La perfección del diálogo , verdadero encuentro del "yo" y del "tú" como en la vida, a la vez que conformador de la evolución de los personajes.
- Es de especial interés, en este sentido el diálogo entre Sansón Carrasco y los protagonistas cuando aquél les comunica que ha leído su historia. El hecho de que don Quijote y Sancho enjuicien la verdad o perfección de la misma historia de sus vidas, les lanza fuera de la novela como personajes reales. En idéntica dirección están las consideraciones sobre el Quijote de Avellaneda y el hecho de que, a lo largo de la segunda parte, don Quijote se encuentra con personajes que ya han leído su historia y le reconocen sin necesidad de presentaciones.
Importante
característica barroca de El Quijote es su dinamismo . éste
afecta tanto a la estructura como al estilo. En efecto, dinámico es el
movimiento de los personajes, la ininterrumpida sucesión de aventuras, el
inagotable diálogo entre personajes, la técnica narrativa de capítulos abiertos
y de la anticipación y el rápido ritmo de la sintaxis.
Por último
es necesario mencionar la perfección y riqueza lingüísticas . Un dato
nos puede llevar a intuir hasta qué punto esto es cierto en todos los aspectos:
el número de palabras distintas usadas en la novela es de más de doce mil -
hoy, una persona culta conoce seis o siete mil.